"Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz". - George Sand, escritora francesa (1804-1876)
Los tiempos que corren obligan muchas veces a dejar a un lado la necesidad de expresar lo que sentimos, y en ese dejar de … nos vamos quedando en una suerte de estado indefinido, ambiguo, donde damos lo no dicho por entendido, olvidando que el amor necesita que lo alimenten para vivir. Hablamos del amor cuando nos referimos en forma genérica ante situaciones que suceden y muestran la falta de él en una sociedad angustiada, irascible e intolerante.
Por ello es sumamente gratificante para el espíritu encontrar textos donde la emoción expresada es la mayor declaración de amor que alguien puede hacer por su ser querido. De la pluma del filósofo y escritor argentino Santiago Kovadloff salen las palabras más cálidas, el mayor reconocimiento, el más absoluto homenaje y aquí las quiero compartir.
Mi casa, esta mujer
Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Como ella, con ella, todo a mi alrededor reposa. Cuando ella despierte, también lo harán las cosas. Volverán a abrirse las puertas, correrá el agua otra vez, los pasos avivarán la vieja escalera, caerá de nuevo la luz sobre las plantas. Yo regresaré a mi mesa, a las palabras, y su voz, como un halo, circundará mi día. Cuando ella se haya ido a su trabajo, alzaré los ojos de la página, y un tapiz, un clavel, un amuleto inesperado en la cocina de la casa repetirán el nombre de esta mujer que todo lo pobló con su presencia y el acierto de sus manos. Ella es mi casa, puerta mayor de acceso al sentido de estos cuartos. Como una dura denuncia de soledad sin remedio, las paredes se cargan de presagios,Si el egoísmo o la indiferencia quiebran nuestro encuentro, la casa se oscurece.se repliega el color de cada cosa, la casa se vacía, y habitarla es quedar a la intemperie. Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Cuando ella anda lejana, todo es lejano en la casa; con ella se van en tropel las cosas de mi entorno, y estar aquí se vuelve una tortura; acosa cada sitio, cada paso lastima, rincones y objetos se hacen inservibles. Y la casa recuerda, en un susurro triste, que alguna vez supimos ser mejores. Si renace la alegría, renace la casa. La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida. Cuando ella anda lejana, todo es lejano en la casa; con ella se van en tropel las cosas de mi entorno, y estar aquí se vuelve una tortura;Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto.acosa cada sitio, cada paso lastima, rincones y objetos se hacen inservibles. Y la casa recuerda, en un susurro triste, que alguna vez supimos ser mejores. Si renace la alegría, renace la casa. Cuando ella anda lejana, todo es lejano en la casa; con ella se van en tropel las cosas de mi entorno, y estar aquí se vuelve una tortura; acosa cada sitio, cada paso lastima, rincones y objetos se hacen inservibles. Y la casa recuerda, en un susurro triste, que alguna vez supimos ser mejores. Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto.La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida.Si renace la alegría, renace la casa. Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto. La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida. que alguna vez supimos ser mejores. Si renace la alegría, renace la casa. Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto. La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida. que alguna vez supimos ser mejores. Si renace la alegría, renace la casa.Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto. La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida.
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Todos sabemos que la casa, el hogar, es el lugar donde nos sentimos protegidos, seguros, es nuestro sitio de confort, y sin duda, la comparación de los sentimientos por el hogar y el ser amado son la mayor declaración de amor que alguien pueda realizar, expresión genuina de profundos sentimientos, una suerte de aire fresco que revitaliza y mantiene viva la esperanza de un mundo menos indiferente y más amable, en el cual podemos crecer como mejores seres humanos.
Palabras para disfrutar y reflexionar.
"Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta". - Sam Keen - escritor, profesor y filósofo americano contemporáneo.
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