“El
mayor día de tu vida y la mía es cuando tomamos responsabilidad total de
nuestras actitudes. Ese es el día en que realmente crecemos.”
John C.
Maxwell – escritor, entrenador y conferencista estadounidense contemporáneo
A lo largo de la vida muchas veces
tomamos caminos equivocados, asumimos decisiones erróneas, o en el mejor de los
casos, actuamos creyendo estar haciendo lo correcto cuando luego vemos que no
ha sido así. Todos tenemos el derecho a equivocarnos, y –aunque generalmente es
imposible volver atrás-, tener la oportunidad de revertir o minimizar los daños
que nuestro error haya provocado debería ser algo fuera de discusión a lo que
enfrentarnos sin vacilaciones.
Sin embargo no es tan sencillo hacerlo
como decirlo, y no sólo es difícil asumir la responsabilidad de nuestro actuar
frente a terceros lo que en ocasiones puede significar enfrentar sanciones,
sino incluso hacernos cargo de nosotros mismos, de nuestros sentimientos y
emociones así como de las consecuencias que ello implique.
Ser responsables significa vivir con la
verdad, esa verdad que ‘nos hará libres’ de los desagradables remordimientos,
los sentimientos de culpa, y la sensación incómoda de sentirnos en deuda por
nuestro accionar pasado, desligándonos de la incómoda carga de vivir en la
mentira que creamos, intentando evitar responsabilidades que pretendemos no
tener.
Todos en alguna medida somos conscientes
de esos ‘nuestros errores’, que obstinadamente escondemos con absurdas excusas
que nos justifiquen frente a otros y a las que de tanto acudir terminamos
tomando como verdades aunque interiormente sabemos que ese engaño no modifica
la realidad sólo es una forma de seguir adelante tapando ojos y oídos a una
realidad que nos grita verdades.
El individuo inteligente sabe que la
mezquindad en sus actitudes no es lo correcto; sólo la valentía de asumir
responsabilidades, ‘haciéndose cargo de …’ es la solución ante esas circunstancias,
un ejercicio honesto de la voluntad apelando a los valores que como seres
humanos insertos en una sociedad debemos conservar de manera inclaudicable y a
partir del cual aprender y crecer.
Salir del parapeto de la cobarde burbuja, dejar la comodidad e indiferencia lidiando con los miedos y plantarse en la realidad, sin duda permitirá poder descansar tranquilos cuando
–cada noche-, apoyemos la cabeza en la
almohada.
“Es
incorrecto e inmoral tratar de escapar de las consecuencias de los actos propios.”
Mahatma
Gandhi – pacificador, político, pensador y abogado indio (1869-1948)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario