"En ésta época hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra."
Eurípides de Salamina - dramaturgo griego (480 aprox. a.C)
Vivimos tiempos difíciles para el mundo, somos testigos de la pandemia que afecta a la sociedad, en todas y diferentes
partes del planeta, nos inundan las noticias, las alarmas se disparan, los servicios
de salud se ven desbordados e ineficientes, la enfermedad en éste hoy, llamada
Coronavirus o Covit-19, se impone y hace estragos.
Basta ver un poco de historia para
reconocer que las epidemias desde siempre han impactado en todos los aspectos
de la vida humana. Desde el siglo XIV época donde la peste negra mató a más de
la mitad de la población de Europa o la llamada gripe española que en 1918 mató
entre 50 y 100 millones de personas, más de las que murieron durante la 1era.Guerra Mundial, han influenciado la cultura, la economía, la demografía y han
provocado conflictos, crisis económicas y guerras así como al contrario momentos
de crisis y eventos bélicos han sido terreno propicio para la aparición de
epidemias.
Teniendo claro que éstas situaciones de
emergencia sanitaria son eventos que se repiten a lo largo de la historia, debemos tambien tener claro que ellas sacan lo mejor y lo peor del ser humano
desde aquél que desinteresada y voluntariamente aún a riesgo de su propia
salud, se pone al hombro llevar adelante acciones solidarias en beneficio de
los demás integrantes de su comunidad, como por el contrario los otros que de
forma egoísta viendo sólo su beneficio personal, y sin tomar en cuenta el
perjuicio ajeno, realizan actos totalmente censurables o aquellos que dejan
aflorar sus prejuicios étnicos, religiosos o políticos perdiendo de vista la
objetividad.
Y esta nueva crisis pone de manifiesto que
tal vez una de las mayores pérdidas que los más de 8 mil millones de habitantes
que pueblan nuestro planeta sufren además de la pérdida de vidas es la pérdida
de la libertad que por obvias razones se ve restringida sustancialmente, asi
como el distanciamiento social obligado.
Es difícil encontrar los equilibrios
necesarios para que lo que es una prioridad de la salud pública no termine
convirtiéndose en una grave crisis económica en la que sin duda el mundo inexorablemente caerá, pero a
la que no aportaremos mejoras dividiendo, estigmatizando, creando temores,
generando angustia y paranoia, inevitables por si mismas en momentos de incertidumbre.
La comunidad científica ha sido tomada
desprevenida, tal vez ahora ésto deba ser visto como un desafío mayor frente
al que pararnos dispuestos, con la mente abierta, de manera racional pero sin
desprendernos de la empatía, la buena voluntad, con inteligencia y capacidad
para cooperar, acatando las directivas técnicas de los expertos, agradeciendo a
quienes están en la línea de fuego aún en detrimento de su salud, dejando de
lado egoísmos personales.
Pandemia, una dura lección de éste siglo
XXI, una situación que nos enfrenta con la muerte, que nos muestra claramente nuestra pequeñez y fragilidad, sacando nuestra ira frente a lo que no podemos encontrar solución, tratando a toda costa de hallar culpables, pero que al mismo tiempo termina siendo una oportunidad para
aprender y de la cual salir fortalecidos como mejores seres humanos, dando importancia sólo
a aquellas cosas que realmente la tienen, pensando en un mejor mundo para la generación que vendrá en el que recuperemos la esperanza y podamos volver a abrazarnos.
Fuente de referencia:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51939961
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