"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

viernes, 27 de agosto de 2021

Equivocarnos - ... un rasgo humano necesario para crecer?

‘Me gusta que se equivoquen. En esto radica la superioridad del hombre sobre los demás organismos. Así llega uno a la verdad. Yo soy un hombre, y lo soy precisamente porque me equivoco. Nadie llega a una verdad sin haberse equivocado catorce veces, o ciento catorce, y esto es, acaso, un honor para el género humano.’ – Fiódor Dostoyevski – escritor ruso (1821-1881)

A pesar de los errores y los horrores, en que el hombre la sociedad y el mundo caen una y otra vez, el mundo sigue girando, la sociedad –para bien o para mal- sigue evolucionando y el hombre –con los avances tecnológicos y aún a riesgo de ellos- sigue viviendo.

Todos entendemos que no es malo caer en el error, de ellos aprendemos que hicimos mal y tratamos de encontrar la forma de corregirlo. Así lo expresado por la periodista Kathryn Schulz en su ensayo ‘En defensa del error’, donde señala que errar es tal vez el rasgo más humano, valiente y atractivo del ser humano ya que detrás de la potencialidad de equivocarnos se esconde la fe en nosotros mismos y un estímulo para mejorar.

Sin embargo el error es perseguido y castigado, encontrando pocas veces la comprensión de quien juzga, tal vez porque ¿la obsesión por la excelencia nos persigue?, y si bien a priori podríamos entender que eso es bueno, no podemos descartar el beneficio que el error proporciona al dar la posibilidad al cerebro de improvisar, crear, adaptarnos, dando al error ese plus que lo hace más valioso –en ocasiones- que la perfección misma.




El hombre cambia con el progreso, y es entonces momento de preguntarnos ¿es la imperfección nuestra mayor virtud?. No lo creo así, como en cualquier tema de que hablemos todo es relativo y puede tener distintos puntos de vista desde los cuales mirar, pero seguramente viéndolo positivamente, errar nos permite seguir creciendo.

Por una u otra visión que nos decantemos encontraremos beneficios y desventajas, buscar un equilibrio es la cuestión, equivocarnos puede ser una oportunidad transformadora y de crecimiento que de otra manera no tendríamos, puede dar paso incluso a descubrir lo inesperado o más valioso aún de lo que esperábamos, pero no podemos dejar de ver o minimizar las consecuencias de esos errores cuando el resultado ocasiona daños, ya que aún ante el reconocimiento honesto del error no siempre alcanza con hacerlo o sentirnos avergonzados por ello, pues muchas veces dependiendo de la importancia de la situación o la gravedad del error, es imposible evitar el perjuicio por lo sucedido.

Concluyendo creemos que el error no es malo en si mismo, las que pueden ser buenas o malas serán sus consecuencias, y el error seguirá existiendo, aunque nos empeñemos en buscar la perfección, porque es parte de la naturaleza misma del 'ser humano'.

‘Si me equivoco existo’ – San Agustín / Agustín de Hipona, escritor, teólogo y filósofo.(354-430d.C.)

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