Friedrich Nietzsche – filósofo alemán (1844-1900)
Verdad
y mentira, dos conceptos contrapuestos, antagónicos, que acompañan al individuo
y la sociedad desde los orígenes hasta la actualidad, presentes en las
relaciones cotidianas, donde la verdad significaría lo correcto, auténtico y
adecuado, mientras la mentira lo opuesto, es decir lo real y lo falso, la luz y
la oscuridad.
Sin
embargo, -sin pretender entrar en discusiones filosóficas-, debemos coincidir
en que ambas, verdad y mentira son conceptos ambiguos, nos afanamos en busca de
la verdad, -aunque ésta es relativa-, y en hallar certezas, y sabemos que la
mentira es la desviación de esa supuesta verdad -si ésta existe-, nos revelamos
contra aquellos que se sienten dueños de la verdad y nos aferramos a una verdad
absoluta fijada en valores referidos a postulados morales y éticos como respuesta.
Pensar
en la mentira nos acerca a la idea de falta de escrúpulos e inmoralidad y por
ello lo vemos como algo negativo pese a lo cual la mentira es parte del ser
humano en sus relaciones cualquiera sea el tipo que sean, el mentir es
transgresor sea de manera espontánea o por conveniencia y aún bajo el disfraz
de buenas intenciones da lugar finalmente a la desconfianza y la culpa.
Existe
una leyenda anónima que habla sobre esta compleja disyuntiva entre verdad y
mentira y como el ser humano se relaciona con ella que en su simpleza permite
una reflexión sobre nosotros mismos.
"Cuenta la leyenda, que un día la verdad y la
mentira se cruzaron.
-Buen día. Dijo la mentira.
-Buenos días. Contestó la verdad.
-Hermoso día. Dijo la mentira.
-Buenos días. Contestó la verdad.
-Hermoso día. Dijo la mentira.
Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.
-Hermoso día. Dijo entonces la verdad.
-Aún más hermoso está el lago. Dijo la mentira.
Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la
mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo... -El agua está aún más hermosa. Nademos.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo... -El agua está aún más hermosa. Nademos.
La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la
mentira.
Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aun hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo."
… …
La verdad
tiene sus raíces y sustento en la represiva religiosidad y antiguos conceptos
cristianos, donde a decir de San Agustín la verdad es su Dios, pretendiendo que
sea única, universal, absoluta; en nuestra actualidad laica esto se ha cambiado
por las normas y el orden jurídico que regula las relaciones entre individuos.
La
mentira por su parte es un fenómeno complejo, señalada desde Nietzsche hasta
Maquiavelo como una elaboración que trasciende al individuo y la sociedad, más
intrincada que la verdad. Por eso es esencial defender la honestidad y la
confianza, valorar la verdad aún y a pesar del miedo que signifique para quien
la dice y para quien la recibe.
‘Algún día la verdad saldrá del pozo para fustigar
a los mentirosos.’
Imagen:
Nec
Mergitur - La Vérité sortant du puits de Jean-Léon Gerôme.
“Para
poder enseñar a todos los hombres a decir la verdad, es preciso que aprendan a oírla.”
Samuel
Johnson – escritor inglés (1709-1784)
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