"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

martes, 6 de octubre de 2020

Verdad y mentira - dos conceptos antagónicos

“No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra.”
Friedrich Nietzsche – filósofo alemán (1844-1900)

Verdad y mentira, dos conceptos contrapuestos, antagónicos, que acompañan al individuo y la sociedad desde los orígenes hasta la actualidad, presentes en las relaciones cotidianas, donde la verdad significaría lo correcto, auténtico y adecuado, mientras la mentira lo opuesto, es decir lo real y lo falso, la luz y la oscuridad.

Sin embargo, -sin pretender entrar en discusiones filosóficas-, debemos coincidir en que ambas, verdad y mentira son conceptos ambiguos, nos afanamos en busca de la verdad, -aunque ésta es relativa-, y en hallar certezas, y sabemos que la mentira es la desviación de esa supuesta verdad -si ésta existe-, nos revelamos contra aquellos que se sienten dueños de la verdad y nos aferramos a una verdad absoluta fijada en valores referidos a postulados morales y éticos como respuesta.

Pensar en la mentira nos acerca a la idea de falta de escrúpulos e inmoralidad y por ello lo vemos como algo negativo pese a lo cual la mentira es parte del ser humano en sus relaciones cualquiera sea el tipo que sean, el mentir es transgresor sea de manera espontánea o por conveniencia y aún bajo el disfraz de buenas intenciones da lugar finalmente a la desconfianza y la culpa.

Existe una leyenda anónima que habla sobre esta compleja disyuntiva entre verdad y mentira y como el ser humano se relaciona con ella que en su simpleza permite una reflexión sobre nosotros mismos.

"Cuenta la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron.

-Buen día. Dijo la mentira.
-Buenos días. Contestó la verdad.
-Hermoso día. Dijo la mentira.

Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.

-Hermoso día. Dijo entonces la verdad.
-Aún más hermoso está el lago. Dijo la mentira.

Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo... -El agua está aún más hermosa. Nademos.
La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira.
Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.

La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aun hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo."
… …

La verdad tiene sus raíces y sustento en la represiva religiosidad y antiguos conceptos cristianos, donde a decir de San Agustín la verdad es su Dios, pretendiendo que sea única, universal, absoluta; en nuestra actualidad laica esto se ha cambiado por las normas y el orden jurídico que regula las relaciones entre individuos.

La mentira por su parte es un fenómeno complejo, señalada desde Nietzsche hasta Maquiavelo como una elaboración que trasciende al individuo y la sociedad, más intrincada que la verdad. Por eso es esencial defender la honestidad y la confianza, valorar la verdad aún y a pesar del miedo que signifique para quien la dice y para quien la recibe.

‘Algún día la verdad saldrá del pozo para fustigar a los mentirosos.’

Imagen: Nec Mergitur - La Vérité sortant du puits de Jean-Léon Gerôme.


“Para poder enseñar a todos los hombres a decir la verdad, es preciso que aprendan a oírla.”
Samuel Johnson – escritor inglés (1709-1784)

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