"Todos somos aficionados, en nuestra corta vida no tenemos tiempo para otra cosa."
Charles Chaplin - actor británico (1889-1977)
Que la vida es fugaz no está en
discusión, aún para aquellos que disfrutan de una existencia longeva, en
términos de tiempo, el espacio entre nacer y morir es relativamente breve, y
sucede con tal rapidez, que ciertamente nos sorprendemos cuando miramos atrás y
vemos el camino ya recorrido.
Tambien es cierto que en ese
espacio-vida nada es permanente, lo permanente es el cambio continuo y las
transformaciones, que hacen que nos debamos cuestionar, sobre la forma en como
debemos vivir y a que cosas debemos realmente vaorar.
De
la obra del filósofo alemán Arthur Schopenhauer, ‘El amor, las mujeres y la muerte’, es
interesante repasar un breve fragmento bien claro al respecto:
“Nada
hay fijo en esta vida fugaz: ¡ni dolor infinito; ni alegría eterna; ni
impresión permanente; ni entusiasmo duradero; ni resolución elevada que pueda
persistir la vida entera! Todo se disuelve en el torrente de los años. Los
minutos, los innumerables átomos de pequeñas cosas, fragmentos de cada una de
nuestras acciones, con los gusanos roedores que devastan todo lo que hay grande
y atrevido... Nada se toma en serio en la vida humana: el polvo no merece la
pena.”
Siempre
es buen momento, para reflexionar, aún más es un saludable ejercicio hacerlo
periódicamente, ya que al ser los cambios de las situaciones y de nosotros
mismos una constante, también debería serlo el adecuarnos a esos cambios.
En
definitiva sepamos equilibrar lo bueno y malo que pueda llegar, las alegrías y
las tristezas, los triunfos y los fracasos, vivir es un arte, y hay que
aprender a hacerlo, para que el breve tiempo en que aquí estemos sea valioso.
"He aprendido que una vida no vale nada, pero tambien que nada vale una vida."
André Malraux - novelista francés (190-1976)
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