Charles Dickens - escritor inglés (1812-1870)
Estamos a escasos dias de la celebración de otra Navidad y el final y comienzo de un nuevo año, eso me lleva a pensar en que estas fechas -cada vez más alejadas de su origen religioso- no son iguales para todos, para unos serán momentos de festejos mientras otros estarán viviendo guerras, hambre, enfermedades o simplemente soledad y todo eso nos muestra que el mundo y la sociedad en que vivimos nos es tan justo como debería ser.
La memoria conserva recuerdos grabados a lo largo de nuestra vida,
recuerdos de la infancia, de la juventud, de familia y amigos, momentos compartidos, cuando nos sentimos queridos, considerados, contenidos, cosas cotidianas, detalles
que nos hacen sonreir y entre ellos siempre aparecerán los festejos navideños y la nostalgia de quienes ya no están, pero como contrapartida veremos la presencia de quienes llegaron a nuestra vida y se sentarán a la mesa.
Van cambiando las posiciones y ahora estaremos ocupando el lugar de nuestros ancestros cuando fuimos niños, hoy otros necesitan de nosotros, y será nuestro tiempo de extender la mano, abrazar, contener, alentar, reconocer, dar una sonrisa cómplice.
Tal vez tambien cambien las formas y la manera de apreciar estos momentos, pero alli estará el espíritu y valor de la Navidad, la familia y los amigos, más allá del sentido religioso que cada quien quiera interiormente darle, desde sus creencias, sentimientos y emociones.
El mundo sigue girando y cambiando, honremos la Navidad desde nuestro corazón, con gestos amables y detalles simples que entibien el corazón y nos permitan alejarnos por un momento de los contratiempos y preocupaciones cotidianos y aliviar las penas ajenas, con generosidad y alegría, miremos el próximo 2025 que llega con expectativas, confianza y optimismo brindando por un mundo mejor y en paz en el que vivir.
“No importa el viento, no importa el frío, porque aún podemos celebrar una feliz Navidad”.
Walter Scott - escritor británico (1771–1832)