Nunca otra cosa damos con tanta liberalidad como nuestros consejos.
François de la Rochefoucauld
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Escritor francés (1613-1680)
Nunca otra cosa damos con tanta liberalidad como nuestros consejos.
François de la Rochefoucauld
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La popular frase atribuída al filósofo y político romano Séneca, “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago” puede estar indicando que quien la dice es una persona capaz de un doble discurso en el que aconseja a los demás lo que no se obliga a si mismo, pero al mismo tiempo, puede mostrarnos un intenso desamor, olvido y/o desprecio por los propios intereses. La rueda debería comenzar a girar primero
propiciándonos bienestar hacia nosotros, para luego dar el ejemplo a alguien mas y no caer en el decir pero no hacer.
¿Cuantas veces nos involucramos en la vida de “el otro” aconsejándole
qué camino debería seguir o qué decisión optar en tal o cual situación?, consejos que suelen estar cargados de buenas intenciones y llevar el sano deseo de orientar y ayudar.
Sin embargo, ¿cuántas veces olvidamos aplicarlos en nuestra propia vida
haciendo caso omiso de ellos o incluso haciendo exactamente lo contrario? ¿Cuánto tiempo pasamos siendo
consejeros de “alguien mas” sin ser consejeros y reflexivos con nuestro
propio ser?
Dar es muy bueno, pero darnos resulta fundamental. Escuchar al otro y
no prestarnos atención a nosotros mismos no es lo adecuado para lograr
una vida satisfactoria. Si el propósito del ser humano es
alcanzar cierto grado de paz y bienestar hacer caso omiso de lo que a los demás proponemos pensando que de esa manera nos estamos dando permisos y libertad a discreción estamos dejando de ver que medimos con diferente vara y solo evidencia que sin pensarlo demasiado nos estamos relegando.
Es importante asumir la inevitable responsabilidad de prestarle
atención primero a las propias emociones, ideas, acciones, sentimientos y
pensamientos, y en base a ello convertirnos en vigilantes y consejeros de nuestro propio ser. Luego podríamos
brindar a quien sea el ejemplo, no solo a través de la palabra sino
también de las acciones … y la popular frase mutar felizmente a
“haz lo que yo digo, es lo que yo hago”.
"Es más fácil dar consejos que sufrir con fortaleza la adversidad."
Eurípides de Salamina - poeta trágico griego (480-406 AC)
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