Arturo Graf - Escritor y poeta italiano (1848-1913) .
"El camino de la autodependencia" es el primer libro de una serie de cuatro, donde
Jorge Bucay nos propone, un punto de partida
para alcanzar la autorrealización, el éxito, la
felicidad, o como cada uno llame a aquello que constituye
nuestro más grande desafío.
Para muchas personas, la vida consiste simplemente en ir tirando, en
sobrevivir, en salir lo más airosos posibles de los avatares del día a día.
Existen, pero no viven.
Autodependiente significa ser auténticamente el que
soy, actuar como actúo, sentir lo que siento, correr los riesgos que quiera
correr y hacerme responsable de todo eso sin esperar que los otros se ocupen por
mí. No permitir que los riesgos los corran otros por mi, ni correr riesgos que
otros quieren que corra.
Sin delegar responsabilidades, sabiendo que
no incluye el derecho a que otro sea como yo quiero o siento ni que otro me pida
permiso para tener lo que necesita.
Estos cinco permisos esenciales extraídos del libro de Bucay condicionan nuestro ser persona. Y ser
persona es el único camino para volverse autodependiente
1.-
Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer
que debo esperar a que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería
ser.
2.- Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.
3.- Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.
4.- Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.
5.- Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me de el permiso para obtenerlo.
2.- Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.
3.- Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.
4.- Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.
5.- Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me de el permiso para obtenerlo.
Algunos pensadores en la India -
Rajneesh o Krishnamurti - dicen que "...el ser humano es un dios en desarrollo, un
fruto que aún no ha madurado, que cuando esté maduro va a ser un dios". Esta
alegoría poética se puede entender como que “ Cuando el hombre madure será una
persona”.
Vivo y aprendo, vivo y maduro, vivo y crezco. Y si soy una persona tengo que concederme a mí mismo la libertad de ser quien
soy, aunque a muchos no les guste como soy; es probable que cuando otros
descubran que soy el que soy —y que además me doy la libertad de serlo— se
enojen conmigo. pero si no
empezamos por este permiso, no hay posibilidades; nos quedaremos siendo individuos
parecidos a muchos otros individuos que se sienten a sí mismos diferentes, pero
que obedecen y pertenecen al grupo de aquellos que no se dan el derecho de ser
quienes son; que intentan parecerse a los demás.
“Un sueño no se hace realidad a través de magia, conlleva sudor, determinación y trabajo duro”:
Colin Powell - militar, diplomático y político norteamericano contemporáneo
Colin Powell - militar, diplomático y político norteamericano contemporáneo
La importancia de los permisos que nos debemos dar a nosotros mismos para aprender, madurar, crecer y vivir. Muy buen post, felicitaciones.
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